Todos los turismos a
gasolina, matriculados el 1 de enero de 2001 en adelante, cumplen la
normativa de emisiones Euro 3. Por lo tanto, todo coche de gasolina
matriculado por primera vez a partir de esa fecha, puede ser adaptado a GLP.
Por lo visto es sin necesidad de tener una homologación R-115 para un modelo y
motor concretos.
Asimismo, también podrían ser
convertidos los modelos que ya cumplían Euro 3 con anterioridad a 2001.
Hasta la fecha, tras un
desastroso cambio legislativo de 2009, solo se podían instalar equipos de gas
en coches con una homologación R-115. Dicha homologación es costosa,
requiere varias unidades de cada coche/motor y se realizaba para cada
instalación por parte de un fabricante. Antes bastaba un proyecto técnico hecho
por un ingeniero.
Eso dejaba fuera a casi toda la
gama de turismos, impidiendo la aparición en las calles de más coches que
consuman GLP, retrasando la implantación de este combustible ecológico y
económico.Eliminado este gran obstáculo, se abren las puertas a la
conversión para una parte muy significativa del parque español.
En Europa, donde suelen ir más
adelantados, el GLP es el combustible de automoción alternativo más
usado. Polonia está a la cabeza, y a nivel global, Corea del Sur. Una de las
ventajas del GLP es que tiene congelados los impuestos hasta 2023,
y atravesando Europa de punta a punta, los precios apenas varían según país.
Igualito que gasolina y gasóleo.
Sin embargo, todavía está
obstaculizada la conversión para muchos turismos anteriores a 2001, que no
cumplen la normativa Euro 3. Esto nos lleva al absurdo de que no se permiten
adaptaciones para coches que “contaminan”, pero que si siguen usando gasolina
contaminan más. La conversión de un coche usado puede recibir 450 euros
de subvención a través del IDAE.